domingo, 5 de agosto de 2007

LA IZQUIERDA ENJUICIA A LA DERECHA



La actriz Ofelia Medina









Simpatizantes de la Appo y perredistas durante el juicio









Más de 200 soldados resguardaron la bandera




La guardia presidencial de 13 soldados después de izar la bandera









México, D.F.-, Sábado, 4 de agosto.- Fue simplemente provocador. Que el juicio popular nacional contra el presidente de la República lo haya llevado a cabo la izquierda frente a las ventanas del Palacio de Gobierno, en la explanada del Zócalo capitalino. Así como también lo fue el que al finalizar el evento, el arrío de la bandera, que tradicionalmente lo efectuaba una guardia de no más de 13 soldados, lo haya realizado un regimiento armado de la Policía Militar de 200 efectivos (tres batallones y la guardia presidencial).
Artistas, intelectuales y juristas agrupados en la Convención Nacional Democrática y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca –APPO- iniciaron el viernes y el sábado pasados un Juicio Popular Nacional para culpar al los gobiernos por crímenes de “lesa humanidad”, cometidos en San Salvador Atenco, Pasta de Conchos, La Perota, Ciudad Juárez y en Oaxaca.
Pasando las cuatro de la tarde, cuando el sol danzaba con plumas y serpientes, la actriz Ofelia Medina dijo. “Estas voces son arroyitos que formarán un gran río; somos un chingo y seremos más”.
Con estas palabras Medina abrió un veredicto que puso en el banquillo de los acusados a una larga lista de funcionarios gubernamentales acusándolos de haber orquestado torturas, muertes, desapariciones en contra de la sociedad civil.
La lista de los inculpados está encabezada por el presidente Felipe Calderón Hinojosa y el gobernador Ulises Ruiz Ortiz, a quienes los jueces populares dictaminaron un “arraigo domiciliario”, hasta que una investigación haya concluido.
La izquierda lucha contra el neoliberalismo que beneficia –mencionó- solamente a los grandes capitales. De los 60 millones de pobres, anualmente mueren 73 mil niños de desnutrición, según los manifestantes.
Asimismo, los izquierdistas condenan las agresiones contra la población, en su mayoría pobre y campesina. En los últimos doce años –informan- la Liga Mexicana de Derechos Humanos ha registrado 28 desaparecidos políticos.
Este Juicio Nacional Popular –dijeron- está sustentado en los artículos 20, 39, 108 y 133 de la Constitución, y tendrá continuidad hasta que los presos políticos sean liberados; y resarcido los daños por los asesinatos cometidos, indicaron.
Al filo de las seis de la tarde todo estaba llegando a su fin, cuando el Palacio Nacional abrió sus pesadas y vetustas puertas para soltar un imponente regimiento, perteneciente a la Policía Militar.
Comandados por su capitán una batería se encargó de tocar las cornetas y los tambores; y la otra, de marchar con los fusiles terciados.
La explanada, que albergaba a más de 200 manifestantes, comenzó a agitarse. Desde uno de los extremos las voces, apenas silenciadas por el redoble de tambores, se dejó escuchar: “asesinos”.
Sin embargo fue todo sublime y silencioso cuando la escolta recibía con sus manos enguantadas y sus brazos abiertos el manto tricolor y empezaba al doblarlo teniendo como fondo el himno nacional. En ese momento hubo un limbo, se aplacaron las recriminaciones y la población, bajo la orden de una conciencia colectiva, con el brazo cruzado sobre el pecho, formó un cuadro entonando: “y retiemble en su centro la tierra…”
Después del último redoble y el último viento de corneta, los soldados pegaron filas, de regreso a sus aposentos, cargando el lábaro patrio, marcharon con un aire marcial. El golpeteo de las botas sobre las baldosas provocó un chasquido implacable. Entonces una cascada de gritos le siguió: “asesinos, violadores, métanse para siempre”.
Los tres batallones fueron perseguidos literalmente por una muchedumbre enardecida –la mayoría mujeres- que imprecó sin fatiga hasta que la última fila de soldados desapareció tras la férrea y colosal puerta del recinto presidencial.
Fue una tarde de juicios y provocaciones, cuando lo único que medió fue una breve pausa, un himno, un suspiro nostálgico de algo subrepticio y palpitante bajo la piel-0-.

Para saber más sobre este tema, puede escribir a juiciopopular@gmail.com

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